Tecnología de las instalaciones fotovoltaicas
El funcionamiento de los dispositivos fotovoltaicos se basa en la capacidad de algunos materiales semiconductores, tratados oportunamente, en convertir la energía de la radiación solar en energía eléctrica, en corriente continua, sin necesidad de partes mecánicas en movimiento. El material semiconductor casi universalmente usado hoy para dicha finalidad es el silicio.
El elemento base de una instalación FV es la denominada célula fotovoltaica, una especie de lámina fina de silicio de forma rectangular o octogonal. Por ejemplo, una célula de 150x150 mm2 puede producir una corriente de más de 7A con una tensión de 0,5V, por lo tanto una potencia de 3,5 Watt en condiciones estándares. Esto quiere decir que cuando esta se encuentra a una temperatura de 25°C, con una potencia de radiación solar equivalente a 1000 W/m2 y una masa de aire de 1,5. Más células ensambladas y conectadas entre ellas en serie/paralelo dan origen a una única estructura denominada “Módulo fotovoltaico”.
Un módulo formado por 60 de estas células tiene una superficie indicativamente de 1,6 m2 y suministra, en condiciones estándares, unos 230Wp. Un grupo de módulos, conectados en serie entre ellos, forman una “Cadena”, que a su vez si se conectan en paralelo constituyen un Generador fotovoltaico.